Recientemente la frase “yo también”, o “me too” en inglés, se ha vuelto viral en las redes sociales para mostrar la prevalencia y el arraigo social del asalto y el acoso sexual en el trabajo. Aunque las voces de las actrices de Hollywood han desencadenado una conversación que debía de haberse hecho hace mucho tiempo acerca de este acto de injusticia tan común en los trabajos, ¿qué pasa con las historias de aquellos que continúan siendo silenciados? Es importante tomar en cuenta la situación de las mujeres económicamente en desventaja que tienen que continuar su sufrimiento en silencio, y que son expuestas a estos comportamientos viles en su empleo todos los días.

En los Premios Globos de Oro, Oprah habló acerca de una carta abierta escrita por la Alianza Nacional de Campesinas a nombre de 700,000 trabajadoras agrícolas. La carta expresaba la gratitud que la Alianza sentía por las mujeres de Hollywood que habían alzado su voz para poner el fin a las prácticas de abuso comunes que han silenciado a tantas víctimas por tantos años. Las mujeres de la Alianza también dijeron que ellas sentían que no tenían el mismo privilegio que las figuras públicas que estaban hablando del problema; sus reportes no son compartidos en shows de premios glamurosos, ni celebrados por el aplauso de una audiencia alentadora. En cambio, cuando ellas hacen un reporte, enfrentan el miedo a las amenazas, la vergüenza, la inhabilidad de poder sostener a sus familias, y otros tipos de represalias. Las mujeres trabajadoras del campo son usualmente las cabezas de familia, y por solo esa simple razón, pueden sentirse renuentes a tomar una acción legal en contra de sus agresores.

Las mujeres de la Alianza no están solas. 90% de las mujeres trabajadoras del campo que participaron en un estudio en California, identificaron que el acoso sexual era un problema en su lugar de trabajo. Considerando que las mujeres son el 22% de la mano de obra de la agricultura, ese número es alarmante. Según reportes del Ministerio Nacional de Campesinos, a las mujeres de los campos generalmente se les dan los trabajos peor pagos, son las primeras en ser despedidas, reciben menos oportunidades para avanzar, y enfrentan una cultura de discriminación y machismo, aparte de que tienen más posibilidades de tener que enfrentar acoso sexual en sus empleos. ¿Por qué los entrenamientos que se ofrecen en los campos y en otras industrias no están creando una diferencia?

Un informe del año pasado de la Comisión de Equidad de Oportunidades de Empleo encontró que cuando alguien es acosado sexualmente en el trabajo, la respuesta más común es que la víctima trate de evitar al agresor o que ignore el comportamiento por completo. Dicho informe declaró que la capacitación sobre el acoso sexual en la mayoría de los ámbitos laborales no se enfoca en la prevención del problema o en la protección de los empleados, sino en ayudar a la industria a evadir su responsabilidad legal si ocurren estos hechos.

Tomando en cuenta las numerosas barreras que enfrentas las mujeres trabajadoras del campo en particular, es increíblemente importante educar a la comunidad acerca de los peligros del acoso sexual, cómo identificarlo, cómo se puede hablar en su contra, y qué protecciones legales tiene la víctima.

 

Estos son algunos comportamientos que comúnmente son considerados actos de acoso sexual según la ley:

  • Ofrecer beneficios de empleo a cambio de favores sexuales;
  • Amenazas como resultado de rechazar avances sexuales;
  • Agresión y cualquier tipo de abuso sexual;
  • Comentarios vulgares;
  • La exigencia de cualquier tipo de acto sexual; y
  • Contacto físico no bienvenido de cualquier otro tipo o que incomode a la persona.

 

Es importante que la comunidad de trabajadores agrícolas entienda que están en su derecho de rechazar cualquier tipo de avance sexual. Deben registrar las horas y las fechas en que ocurran estos incidentes, y denunciar estos actos a un supervisor, la policía, o el proveedor de servicios legales de su elección. Es una violación de la ley que un empleador tome medidas adversas contra la víctima porque el individuo denuncie un incidente.

Trabajar en un entorno seguro es un derecho, independientemente del género de la persona o de su estatus legal. Actuar rápidamente cuando hay un reporte de acoso sexual hecho por personas que comúnmente no se sienten con la liberta de hablar, y destruir las barreras sistemáticas que perpetúan el silencio de otras personas es nuestra obligación como seres humanos.

Si trabaja con mujeres trabajadoras del campo, por favor deles una copia de nuestra gráfica de información sobre el acoso sexual (abajo).

Si sabe de algún caso de acoso sexual, por favor repórtelo y refiera a la víctima a nuestra oficina llamando al 919-856-2180.

 

Valery Arevalo es una Asistente Legal de División para los Trabajadores Agrícolas de Ayuda Legal de Carolina del Norte